Por Marco Bustamante | El barco fantasma (Punta Indio) Al final de la Avenida Prada, justo en el límite donde la tierra se encuentra con las aguas del río, aún a la vista de muchos, se alzan las ruinas del antiguo Hotel Argentino. En la década de 1930, este emblemático lugar era el elegido por las grandes figuras de nuestra nación para disfrutar del verano.
Ricardo Bartolomé Astengo Morando fue el visionario que en 1934 levantó un majestuoso complejo hotelero de 300 metros de ancho, que contaba con 74 habitaciones, 35 baños, un salón restaurante de cocina internacional, un casino privado, sala de billar, juegos de mesa e incluso caballerizas. Sin embargo, dos factores fueron determinantes en la lenta agonía de este coloso: las poderosas sudestadas que azotan la región, las cuales erosionaron absolutamante todo, y la quita de los juncos que naturalmente protegían la costa, que permitió a las imparables aguas del río de la Plata deborar el balneario y el propio hotel.
Hoy, poco queda de esta gran estructura, pero las historias que la rodean parecen cobrar vida. Hace algunos años, realizamos una investigación sobre las múltiples leyendas que envuelven la zona. Conversaciones con vecinos que llevaban décadas en el lugar, pescadores y ocasionales visitantes del hotel, revelaron coincidencias inquietantes: muchos afirmaron haber visto, de vez en cuando, la figura espectral de un conserje, un hombre alto y esbelto, que vigilaba desde la entrada lo que quedaba del salón principal.
Además de la imagen del conserje, se dice que algunas noches una mujer fantasma transitaba desde las caballerizas hacia las escaleras que conducían al sótano del hotel. Pero eso no es todo, pues las historias de un barco en llamas que emergía en la bahía durante la noche son las más fascinantes. Esta misteriosa embarcación aparecía repentinamente, como si la noche fuera un telón y la nave surgiera del escenario para desvanecerse con la misma agilidad. Los pescadores más ancianos relatan que, además de la silueta del barco, se escuchaban voces y gritos provenientes de la penumbra, todo ello frente a las ruinas del Hotel Argentino.
He visitado el lugar en varias ocasiones y siempre me han intrigado los grandes huecos que aparecían en las paredes, que con el tiempo, se asemejaban cada vez más a un queso Gruyère. Tras investigar un poco, descubrí una la leyenda urbana de Punta Indio que sostiene que en las paredes del viejo hotel se escondía un tesoro, y que el conserje fantasma no era más que el guardián de una cuantiosa suma de oro. Hasta el último día, el hotel fue objeto de desmantelamiento, y probablemente nunca sabremos si alguien encontró algo en sus ruinas o si las leyendas se quedarán para siempre en el aire.