El elenco de El Conjuro confesó en una entrevista por el estreno de la película que ellos mismos fueron protagonistas de una serie de situaciones poco comunes y difíciles de explicar dejando en claro que los eventos sobrenaturales no son sol cosas de la ficción.
Vera Farmiga y Joey King relataron en la charla que los sucesos extraños que vivieron tuvieron lugar desde el origen de películas hasta el presente. En el caso de la actriz de 47 años, reveló que encontró en su computadora tres garras sobre la pantalla, y que en sus muslos aparecieron las mismas marcas.
“Claramente parecían marcas de garras, como uñas largas o huellas dactilares grandes. Recuerdo que le escribí al director contándole todo esto, pero ahora ni siquiera puedo recordar su respuesta”, rememoró sobre lo ocurrido durante la filmación de la primera entrega de la saga.
Pero eso no es todo, la intérprete que le da vida a Lorraine Warren aseguró que mientras filmaban esta última película, no podría dormir bien durante la noche porque sentía una presencia y entre las tres y las cuatro de la mañana se despertaba y perdía el sueño. Curioso que sea justo en ese horario, ya que es una leyenda popular que es la hora de las brujas o la hora del demonio. De acuerdo con la religión católica, Jesús murió a las 3:00 de la tarde, por lo que la hora “opuesta” sería a las 3:00 de la mañana y los seres oscuros tomarían este horario como una manera de burlarse o desafiar a Dios.
Por su parte King, quien fue parte de la primera película que vio la luz allá por el 2013, aseguró que mientras grababa el proyecto le comenzaron a aparecer moretones por todo su cuerpo. Esto comenzó a parecerle extraño ya que en la película no había escenas en las que se lastimara.
Los actores no fueron los únicos en experimentar estas raras manifestaciones corporales. Uno de los guionistas de El Conjuro 3 afirmó que cuando la cuando la familia Perron visitó el set, le dijo que algo malo sucedería ese día debido a que una bruja trataba de hacerles daño.
El Conjuro 3, que ya se estrenó, narra la historia real de un hombre que en 1981 fue culpado de asesinato y se declaró inocente asegurando que él no había cometido dicho crimen, sino que había sido poseído por un demonio.