Redacción de Altomisterio |
Durante décadas, centenares de personas alrededor del mundo han afirmado haber sido secuestradas por seres de otros mundos. Relatos de naves, luces cegadoras, exámenes médicos y comunicaciones telepáticas se repiten en distintos puntos del planeta. Si bien la mayoría de los casos han sido atribuidos a fraudes, delirios o alucinaciones, existe un pequeño porcentaje que continúa desafiando a los investigadores.
Y uno de los episodios más desconcertantes sucedió en Winifreda, un pequeño pueblo agrícola de La Pampa, Argentina. Allí, el 9 de agosto de 1982, un hombre llamado Julio Platner aseguró haber sido abducido por entidades no humanas. Lo que hace que este caso se destaque no es solo la descripción de su experiencia, sino la gran cantidad de evidencias físicas y testimoniales que lo rodean.
Platner tenía entonces 33 años, era comerciante agropecuario, casado y padre de tres hijos. Era reconocido por su carácter tranquilo y su buen prestigio en la región. Aquella tarde, tras visitar el campo de un colega llamado Antonio Fischer, a unos 12 kilómetros de Winifreda, emprendió el regreso en su camioneta Fiat 125.
Mientras abría una tranquera, fue sorprendido por una potente masa luminosa, comparada por él con una soldadura autógena, acompañada de un zumbido penetrante. En ese instante perdió el conocimiento. Lo que ocurrió a continuación cambiaría su vida para siempre.
Platner despertó en una habitación beige, sin ventanas ni puertas visibles, iluminada de forma uniforme y con paredes acolchadas. Allí lo rodeaban cuatro figuras humanoides: tres masculinas y una femenina, de aproximadamente 1,65 metros, vestidas con un enterizo gris verdoso que cubría todo su cuerpo, dejando solo el rostro expuesto.
Sus rostros mostraban ojos grandes y sin párpados, nariz pequeña y chata, y boca muy fina. Aunque movían los labios, no emitían sonido alguno. Sin embargo, Platner percibía sus mensajes directamente en su mente:
“Quédate tranquilo, no te haremos daño. Casos como el tuyo hay miles”.
Incluso le dijeron:
“Si quieres contarlo, hazlo. Algunos te creerán y otros no”.
Mientras permanecía recostado en un sillón similar a un sillón odontológico, los seres realizaron un procedimiento clínico. Uno de ellos colocó un tubo de cristal en su muñeca y luego en el pliegue del codo, a través del cual Platner vio su propia sangre elevándose en espirales. Curiosamente, no sintió dolor ni contacto físico alguno.
Minutos después, volvió a tener puestas sus prendas y reloj, y fue “liberado”.
Platner recobró la conciencia sentado en su camioneta, en un camino rural a 15 kilómetros del sitio donde había sido raptado. Confundido pero lúcido, regresó al campo de Fischer, constató las marcas en su brazo, cerró la tranquera y volvió a Winifreda. Habían pasado apenas 40 minutos desde el momento de la desaparición, de los cuales estimó haber estado unos 30 dentro de la nave.
El caso no quedó solo en su relato. Existen pruebas físicas y testimonios que reforzaron el misterio:
Además, Fischer afirmó que las huellas de la camioneta aparecían al volver, pero no existían huellas de salida desde el establecimiento.
La provincia de La Pampa ha sido escenario de numerosos avistamientos. Diez años antes, en Speluzzi, una mujer aseguró haber visto un objeto volador en tierra con seres de apariencia robótica, hallándose luego una huella circular quemada de 5,5 metros. Ese mismo día, una escuadrilla aérea cercana a Bahía Blanca reportó un OVNI, dando origen a la primera declaración oficial sobre OVNIs en Argentina y a la creación de la Comisión Permanente de Estudios del Fenómeno OVNI (COPEFO).
El propio Platner confesó tiempo después que, si aquellos seres regresaran, probablemente se escondería. No obstante, años más tarde aseguró haber sido seguido nuevamente por un objeto luminoso en la misma zona.
En 1995 relató su experiencia en vivo en el programa Cambalache Siglo XX, conducido por Fernando Bravo, emitido por el antiguo Canal 11 (actual Telefe).
El caso Julio Platner permanece como uno de los incidentes de presunta abducción más sólidos y desconcertantes de la Argentina.
La credibilidad del testigo, los elementos físicos asociados y el contexto geográfico —una zona históricamente marcada por el fenómeno OVNI— lo colocan como una pieza clave dentro de la ufología nacional.
Más de cuatro décadas después, el enigma sigue abierto.
¿Fue Platner realmente elegido por entidades de otro mundo?
¿O estamos ante un episodio que, aunque inexplicable, tiene raíces terrenales aún desconocidas?
La respuesta, quizás, aún se encuentra allá afuera.